viernes, junio 25, 2010

Las Horrendas

Elecciones . . .

Con la presteza que da el calor de Monterrey, me decido a escribir de nuevo inspirado por los amigos que me animan a seguirlo haciendo.

El tema, nada nuevo, las horribles elecciones que nos atosigan de nuevo en el estado de hidalgo. Pero antes de que se cambien de página mientras se llevan la mano a la frente y dicen "que hueva" favor de leer el siguiente disclaimer:

"Disclaimer:" este post no se va a tratar de discutir los innumerables argumentos domingueros de política como: es que el problema de México es . . . , No existe en realidad una verdadera izquierda . . ., La desigualdad en México . . . , Voto por voto . . . et cetera.

Ahora si, avante con mi texto:

Cuando yo tenia 12 años era mi afición y placer platicar con los adultos de religión y de política para sentirme grande y creerme que sabía de cosas de grandes. No podía esperar a cumplir la mayoría de edad para tener más autoridad para hablar de tan peliagudos temas.

Con el tiempo me di cuenta de varías cosas. La primera de ellas era simple, no importaba que tanto me esforzara por pulir mis argumentos jamás lograría que nadie cambiara su fe ni sus preferencias políticas. Y la segunda, esas pinches platicas son de borrachos malcopeando.

Era evidente que al cumplir un poco más de edad me diera cuenta de la hueva que resulta cuando en una fiesta alguien empieza a decir: " es que pinche López Obrador " "es que Calderón es un pendejo" ó cuando, al ingresar a los foros del Reforma o del Universal lees las peleítas y los comentarios de los que se quieren sentir muy elevados o muy intelectuales. No falta que en una comida familiar salga la clásica tía o tío que vota por el verde y la familia que se encabrona en la mesa por dicha situación.

Gran parte del problema es que en tiempo electoral la gente ve en blanco y negro y se comportan como niños de 8 años peleándose por quien va a ser el power ranger rojo a la hora de jugar en el recreo. Si a eso se le suma la estrategia publicitaria de cada partido el resultado es medio año horrendo donde nos invaden discusiones de sobremesa, comentarios y batallas de estatus en el facebook; Un paisaje lleno de pendones y banderitas y un alud de argumentos pendejos de cada bando.

Lo más insólito es que, año con año, después de las elecciones inmediatamente se rompe el encanto y todo mundo odia al elegido, aunque 24 horas antes se celebre su triunfo y se derramen lágrimas porque es el inicio de una nueva era en México.

Tiemblo solo de saber que se acerca ese medio año maldito que va a llenar mi correo de Mails con chismes, animaciones en flash, listas de los crímenes que ha cometido cada candidato etc. La maquinaria se empieza a poner en marcha: Televisa ya tiene un canal exclusivo de noticias, Telcel te manda las noticias a tu celular, se abren blogs y columnas, de repente hasta Cablecom tiene un "Noticiero" donde se dan puras noticias compradas. No puedo esperar a ver la cara de los candidatos en los empaques de leche, en el cereal y probablemente hasta en el papel de baño.

Las elecciones, para aquellos que NO las vivimos con la pasión de un encuentro América versus Pumas en liguilla, resultan algo cansado y hartante. Los argumentos gastados y pendejos de cada candidato resultan iguales que ver un encuentro Necaxa Indios.

No dudo que alguno de los candidotes sea mejor que el otro para el momento que vive el país, pero se requiere decir que: Ninguno deja de ser un político mexicano, con todo lo que eso implica. Corrupción, compadrazgos, delitos electorales, y demás monerías propias de alguien que ha recorrido una carrera para llegar a esos puestos.

Además, pase lo que pase, lo van a acabar odiando gobierne como gobierne. A menos de que en México se nos aparezca una Michelle Bachelet quien salió de su mandato con 80% de aprobación, sea de cualquier partido el ex presidente y gracias a nuestra hermosa cultura de chingue su madre no fue mi culpa, no vamos a bajarlo de pendejo, ratero y maricón.

Campañas de 15 días y a la verga, esa es mi propuesta. la única solución a las infamias que provoca una pinche euforia electorera. Eso evitaría que en los hogares mexicanos se terminen de matar entre perredistas y neo-abstencionistas.

Ya se junto la raza regia y nos vamos a tirar unas cartas blancas y a recordar los tiempos en que la vida era más fácil. Así que este tema se queda medio inconcluso hasta que me pueda sentar a escribir otro rato.

Salud.