Y, ¿tu donde vives? . . .
Salía del torneo de boliche que juego los miércoles. -no, espérame, voy al baño, súbete al carro de una vez y sube el equipo-. Me acerque a mi automotor y subí mi equipo a la cajuela, el control y la llave de la alarma en la mano, un clic para abrir, dos para cerrar, y el rojo (no funciona) para la alarma.
¡Oye!, ¿no quieres que te ayude en algo?
Me vi acorralado entre la puerta del acompañante y la pared del edificio, oscuro todo, solo le alcance a ver la cara y una sudadera blanca llena de tierra.
-No chavo, no, gracias.
Un niño como de 13 ó 14 años parado frente de mi, uno de esos tantos niños indigentes, toda la pinta de estar drogado. Me dio miedo, se me apareció en medio de la noche y me acorralo entre la puerta de mi carro y un edificio cercano.
-Pero en serio, te ayudo.
-No gracias.
¿Ayudarme?, ¿a que?, ¿por que la insistencia en ayudarme?, en el momento lo que pensé es que me quería asaltar o clavarme una navaja cualquiera, me sentí nervioso ya que el niño no se quitaba.
De nada hubiera servido asaltarme, no llevaba una nada, no celular, no dinero, no nada.
-¿no traes una moneda? (se me acerco)
-Es que no traigo chavo, no traigo nada (en verdad no tenía nada)
-Pero te ayudo en algo, Ándale.
Usualmente nos quitamos de esta situación sacando una moneda de nuestras bolsas, pero no traía nada, mi desventura económica me empujo a esta situación. ya llevaba un minuto tratando de que el niño se fuera, pero parecía no importarle.
Mi papá apareció a lo lejos y pensé que lo mejor era intentar subirme al carro, en eso cuando abrí mi puerta me dijo algo:
-¿y tu donde vives?
No sabía que decir, quizás era parte de no se que banda del diablo, o no se.
-En el ISSTE (mentir fue mi primera reacción)
Me subí, llego mi papá y nos fuimos, el niño se quedo atrás.
¿Donde vivo?, ¿para que querría saberlo?, la intención no era quitarme nada, solo acaso sacarme la clásica moneda de la bolsa.
De alguna manera sentí algo más personal de su parte, como un deseo de intimar con alguien.
Sea como sea me saco de onda el niño, fue algo extraño, pero a su vez interesante.
“Un arma noble para tiempos más civilizados”
(Yoda)
Efra Ríos